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La Crueldad Silenciosa: El Maltrato Animal como Herramienta de Control en la Violencia de Género

Foto del escritor: Valery Contreras S.Valery Contreras S.

Cuando se habla de violencia de género, básicamente se entiende como aquel fenómeno complejo que en muchos casos trasciende la agresión directa hacia las víctimas humanas debido a su género, afectando predominantemente a las mujeres y que además, llega a alcanzar a los animales del núcleo familiar, transformando así la acción del maltrato animal en una herramienta de control, intimidación y sufrimiento psicológico.


La conexión entre estas formas de violencia ha sido documentada en diversas investigaciones, demostrando que el maltrato propiciado directamente hacia las mascotas, no ocurre de forma aislada, sino que se configura como parte de un patrón más amplio de abusos. No solo llegan a reflejar una falta de empatía, sino que puede ser utilizado como un mecanismo de manipulación emocional en el contexto de la violencia doméstica. Los agresores, al dañar o amenazar a las mascotas de su víctima, buscan aumentar el nivel de terror y dependencia, dificultando así; la toma de decisiones, siendo utilizada dicha violencia como una forma de instrumentalización para ejercer violencia indirecta sobre su víctima.


El uso instrumental del maltrato animal en el ámbito de la violencia de género cumple varias funciones:


Control y aislamiento: El agresor al ejecutar un daño o amenazar a las mascotas de su víctima, refuerza su poder sobre ella, generando un ambiente de miedo que le impide buscar ayuda o huir de dicha situación.


Coerción emocional: A menudo las mascotas representan un vínculo afectivo profundo, lo cuál el amenazar su bienestar, básicamente se traduce en una amenaza directa al núcleo emocional de la familia o víctima, exacerbando así el control psicólogico.


Silenciamiento y complicidad social: La instrumentalización de la violencia contra los animales puede pasar desapercibido o ser minimizada en ciertos contextos, lo que a su vez llega a dificultar la detección y denuncia de la violencia de género como tal.


Abordajes teóricos.

Desde la Criminología, se ha postulado que la violencia no es fenómeno aislado, sino que se manifiesta en diferentes frentes. La teoría de la interrelación de la violencia, propone que el maltrato animal y la violencia intrafamiliar comparten raíces comunes, haciendo énfasis en la necesidad del agresor de ejercer control absoluto sobre su entorno. Autores como Ascione, han evidenciado que la presencia de maltrato animal en un hogar es un potente indicador de conductas abusivas dirigidas hacia las personas.


Por otra parte, desde una perspectiva sociocultural; los valores, creencias y normal sociales pueden llegar a contribuir a la normalización de conductas violentas. Así mismo, la instrumentalización del maltrato animal se entiende en parte como una extensión de las estructuras patriarcales en las que el poder y el control, se llegan a ejercer, no solo sobre mujeres, sino también sobre aquellos seres que son considerados "inferiores" o prescindibles en el orden familiar.


Desde una mirada feminista, podríamos destacar que la violencia de género se fundamente en relaciones de poder desiguales, destacando que el uso del maltrato animal como herramienta de intimidación es una manifestación extrema de este desequilibrio, ya que al atacar a las mascotas, el agresor ataca un símbolo de la independencia y el bienestar emocional de su víctima, reforzando aún más su papel de víctima y perpetuando la dependencia emocional y económica hacia su agresor.


El reconocer estas interelacciones de violencia, nos permite visibilizar una dinámica que hasta hace poco, pasaba desapercibida en el análisis de la violencia de género. La instrumentalización del maltrato animal, en el contexto de la violencia de género, es un reflejo alarmante de las dinámicas de poder que sustentan las relaciones abusivas. Este fenómeno pone de manifiesto no solo la vulnerabilidad de las víctimas humanas, sino que también de aquellos seres sin voz, que sufren las consecuencias de la violencia.


La inclusión de esta variable en los estudios criminológicos y en las intervenciones de prevención es crucial para comprender y abordar de manera integral el fenómeno de la violencia doméstica. Además, resalta la necesidad de implementar políticas públicas que protejan tanto a las personas como a los animales, reconociendo su interconexión y garantizando un entorno seguro para todos.


El maltrato animal, cuando se usa como herramienta de control, no solo intensifica el sufrimiento de la víctima, sino que perpetúa un ciclo de violencia que debe ser desmantelado mediante educación, sensibilización y acción coordinada entre múltiples disciplinas y actores sociales.


Bibliografía

Ascione, F. R. (2001). Animal abuse and domestic violence: A review of research and implications for prevention. Journal of Emotional Abuse, 1(1), 7-26.

Arluke, A., & Sanders, C. R. (1996). Regarding Animals. Temple University Press.

Dillon, K. (2010). Using Animals to Control Battered Women: The Role of Pets in Domestic Violence. Violence Against Women, 16(12), 1236-1252.

Flynn, C. P. (2000). Why family professionals can no longer ignore violence toward animals. Family Relations, 49(1), 87-95.

Howell, T., & Coker, A. (2003). Animal cruelty and intimate partner violence: The importance of integrated intervention strategies. Violence and Victims, 18(3), 299-320.

Walker, P. (2014). The Link Between Animal Abuse and Human Violence. Palgrave Macmillan.

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