El maltrato animal comĆŗnmente, abarca una amplia variedad de comportamientos; que causan dolor, sufrimiento o estrĆ©s al animal. Dichos comportamientos pueden varias desde la negligencia en los cuidados bĆ”sicos hasta el asesinato intencional y malicioso. Desafortunadamente, en Costa Rica cada aƱo un gran nĆŗmero de animales son vĆctimas de maltratos directos (como la tortura, mutilaciĆ³n o el asesinato intencional) o indirectos (como la falta intencional de proporcionar cuidados bĆ”sicos como refugio, alimentaciĆ³n y atenciĆ³n veterinaria adecuada). Estos tipos de abusos, son un problema social de gran magnitud que no solo afecta a las animales vĆctimas de esta violencia, sino que tambiĆ©n afecta a todos los miembros de nuestra sociedad.
Al considerar el maltrato animal como una conducta criminĆ³gena que no solo daƱa a los animales, sino tambiĆ©n a la sociedad, es fundamental prestar la debida atenciĆ³n al problema y tomar las medidas necesarias para prevenirlo y castigar a los responsables, sin dejar de lado que el maltrato animal tambiĆ©n sirve como un indicador temprano de la propensiĆ³n a la violencia en los seres humanos, lo que puede poner en peligro la seguridad de nuestra comunidad.
Numerosas teorĆas criminolĆ³gicas han sido desarrolladas para explicar esta relaciĆ³n y cĆ³mo el maltrato animal puede estar relacionado con otros tipos de violencia. Entre ellas; una teorĆa importante de destacar, es la teorĆa de la asociaciĆ³n diferencial de Edwin Sutherland, que se enfoca en la idea de que las conductas delictivas son aprendidas a travĆ©s de la interacciĆ³n social con otros individuos. En este sentido, se considera que el maltrato animal puede ser considerado como una conducta criminĆ³gena, ya que se aprende y se perpetĆŗa a travĆ©s de la interacciĆ³n social.
De acuerdo con Sutherland, el aprendizaje del comportamiento delictivo ocurre principalmente a travĆ©s de las relaciones que se fortalecen en grupos primarios, como la familia y los amigos. Estos grupos socializan a los individuos en valores, actitudes y comportamientos, y si estos valores son desviados o negativos, pueden influir en la conducta delictiva. Este tipo de abuso dirigido hacia los animales puede ser visto como una forma de aprendizaje de la violencia, donde el maltrato hacia los animales puede ser vista como una forma de ejercer el control y la dominaciĆ³n sobre otros seres vivos.
En el caso del maltrato animal, si una persona crece en un entorno donde se normaliza el maltrato hacia los animales, puede ser mƔs propenso a desarrollar una conducta violenta y agresiva no solo hacia los animales, sino tambiƩn hacia otros seres humanos. AdemƔs, el maltrato animal tambiƩn puede ser considerado como un indicador temprano de comportamientos delictivos futuros, lo que puede ser un riesgo para la seguridad de la sociedad costarricense.
Por lo tanto, la teorĆa de la AsociaciĆ³n Diferencial de Sutherland sugiere que el maltrato animal puede ser considerado como una conducta criminĆ³gena, ya que se aprende y se perpetĆŗa a travĆ©s de la interacciĆ³n social en grupos primarios. Siendo asĆ fundamental prestar atenciĆ³n al maltrato animal y tomar medidas para prevenirlo y castigar a los responsables, a fin de evitar la perpetuaciĆ³n de conductas delictivas. Por otra parte, se debe educar a la sociedad sobre la importancia del bienestar animal y promover una cultura de respeto hacia todos los seres vivos, solo de esta manera, podremos construir una sociedad mĆ”s justa y segura para todos.