Saludos lectores
Costa Rica cerrĆ³ el 2022 con un total 654 homicidios que representan un promedio de 12.6 muertes por cada cien mil habitantes. Esta cifra es la mĆ”s alta registrada hasta el momento en el paĆs, encendiendo las alarmas de las autoridades y de la poblaciĆ³n en general. El panorama no es para nada alentador, el paĆs viene mostrando un alza durante la Ćŗltima dĆ©cada en cuanto a homicidios se refiere, encabezando asĆ la lista de paĆses que mayor crecimiento ha experimentado entre el 2012 y el 2022, superando a paĆses como MĆ©xico, Jamaica, y HaitĆ.
Ante esta situaciĆ³n, la ciudadanĆa demanda a las autoridades mĆ”s acciones para atender la inseguridad ciudadana, y es acĆ” donde la criminologĆa mediĆ”tica juega un papel fundamental en la creaciĆ³n de polĆticas pĆŗblicas que hagan frente a la situaciĆ³n. En palabras sencillas, la criminologĆa mediĆ”tica surge a partir de la (des) informaciĆ³n proveniente de los medios de comunicaciĆ³n, siendo la televisiĆ³n y las redes sociales las que mayor impacto tienen en la percepciĆ³n del fenĆ³meno criminal.
Lamentablemente, en una gran mayorĆa de los casos, el abordaje de la criminalidad en el paĆs por parte de los medios de comunicaciĆ³n, promueven la creaciĆ³n de estereotipos o estigmas sociales que posteriormente son usados por la poblaciĆ³n para presionar a las autoridades a establecer medidas āmĆ”s severasā. De ahĆ que se genere una falsa percepciĆ³n sobre poblaciones vulnerables como el caso de extranjeros con estado migratorio irregular, personas con adicciones o habitantes de la calle, a quienes se les āresponsabilizaā por la inseguridad del paĆs.
TambiĆ©n contribuyen al desconocimiento sobre cĆ³mo funciona la legislaciĆ³n ya que confunden al espectador que no comprende sobre medidas alternativas a la prisiĆ³n, o de quĆ© va la prisiĆ³n preventiva, no comprenden tampoco las diferencias entre antecedentes penales o antecedentes policiales, entre otros.
Por consiguiente, y para quedar bien con el pueblo, los polĆticos buscan crear nuevas leyes o mecanismos acorde al clamor popular, sin embargo, es acĆ” en donde la mayor parte de las polĆticas criminales fracasan, debido a que responden Ćŗnicamente a la voz popular y subjetiva de la ciudadanĆa, en lugar de ser abordadas con criterio experto.
Entonces ĀæcuĆ”l deberĆa ser la lĆnea que deben seguir las autoridades? Empecemos recordando cuĆ”l deberĆa ser, en primera instancia, el objetivo de una polĆtica criminal: La prevenciĆ³n.
Para prevenir todos esos comportamientos delictivos o lesivos para la sociedad, se necesita mĆ”s que leyes y penas de prisiĆ³n severas, de hecho, la privaciĆ³n de libertad deberĆa ser el Ćŗltimo recurso para abordar a una persona que ha cometido un delito, esto porque lo que la criminologĆa busca es justamente evitar que suceda. Por eso se dice que la mejor polĆtica criminal es la social, cuando el Estado atiende de manera integral los problemas de desempleo, vivienda y/o, salud, hay un impacto directo sobre la criminalidad.
El primer filtro de control para prevenir la delincuencia es desde la familia, es ahĆ donde se comienza a formar a los ciudadanos, pero no podemos pedirle al Estado que intervenga mĆ”s allĆ” que garantizando el acceso a los servicios bĆ”sicos que cada individuo requiere. Sin embargo, hay que tener presente que, si este filtro falla, se debe actuar, y es por medio de la educaciĆ³n formal que brinda el Estado, en donde se puede atender.
Por lo anterior, es que se necesita con urgencia la incursiĆ³n de profesionales en criminologĆa dentro del Ministerio de EducaciĆ³n PĆŗblica y ser tomados en cuenta a la hora de abordar la polĆtica educativa del paĆs ya que no podemos poner sobre otros profesionales, como educadores, orientadores o psicĆ³logos, la responsabilidad de atender los focos de delincuencia que comienzan a visualizarse desde edades tempranas, ya que el fin de estos profesionales es totalmente ajeno al anĆ”lisis del fenĆ³meno criminal.
Pero mientras mejoramos las condiciones de las nuevas generaciones de niƱos y adolescentes que vienen en camino, hay que atender naturalmente la inseguridad que se vive actualmente, mediante controles preventivos y de contenciĆ³n, por eso se hace cada vez mĆ”s evidente la necesidad de darle mayor protagonismo a los gobiernos locales ya que tienen un mejor conocimiento sobre el cantĆ³n/pueblo para trabajar en una polĆtica criminal local, ajustada a sus necesidades y permitirĆa aprovechar los recursos locales para abordar delitos o conflictos āmenoresā y de esta forma la Fuerza PĆŗblica podrĆa enfocarse en los problemas macro, como es el caso de las organizaciones criminales como narcotrĆ”fico o trata de personas.
Si bien algunas municipalidades cuentan ya con su propia policĆa municipal y se mantienen en comunicaciĆ³n y trabajo conjunto con Fuerza PĆŗblica, esta no es la realidad en todos los cantones, algunos ni siquiera tienen conformada una policĆa local y la labor de seguridad recae directamente sobre Fuerza PĆŗblica.
En referencia a las fuerzas policiales del paĆs, es necesario avanzar a policĆas mĆ”s tecnolĆ³gicas, cada oficial deberĆa contar como mĆnimo, una cĆ”mara corporal que documente absolutamente todas sus actuaciones durante su labor y que servirĆ” de respaldo ante casos de abuso de autoridad o de elemento probatorio en un juicio, por lo que el juez podrĆ” analizar mejor cĆ³mo se dieron los hechos.
TambiĆ©n se debe ampliar el equipo de defensa que pueden portar los oficiales, por ejemplo, actualmente los oficiales de Fuerza PĆŗblica no pueden portar un simple gas pimienta como parte de su equipo, a pesar de ser un arma āmenos lesivaā y que serĆa de gran utilidad para reducir a la impotencia a una persona agresiva sin la necesidad de utilizar un arma de fuego, de manera que los oficiales tengan mĆ”s opciones para poder actuar segĆŗn las circunstancias.
Otra iniciativa que se puede volver a analizar es la fusiĆ³n de algunas policĆas que actualmente responden a una jerarquĆa distinta a la del Ministerio de Seguridad PĆŗblica, como es el caso de la policĆa de migraciĆ³n, policĆa fiscal, policĆa de trĆ”nsito, y que podrĆa contribuir a una gestiĆ³n mĆ”s articulada y ordenada. Exceptuando por supuesto a la policĆa judicial por un tema de divisiĆ³n de poderes y la policĆa penitenciaria porque sigo sosteniendo mi posiciĆ³n que debe seguir bajo la administraciĆ³n del Ministerio de Justicia y Paz por la naturaleza de sus funciones.
Y finalmente, se debe modernizar la legislaciĆ³n y adaptarla a la actualidad, sin embargo, acĆ” es importante seƱalar que no se trata de cambiar leyes para aumentar mĆ”s penas, sino de modificarlas para que sean mĆ”s eficientes, que se puedan cumplir y que dote a los jueces de mĆ”s elementos para poder tomar una decisiĆ³n, asĆ mismo, se debe hacer un anĆ”lisis en cuanto a los mecanismos alternos a la privaciĆ³n de libertad, para que cumplan su funciĆ³n pero que no sean otorgados a cualquier perfil, como es el caso del monitoreo electrĆ³nico, que dicho sea de paso, ya en otros paĆses se ha comenzado a usar brazaletes electrĆ³nicos para casos de violencia intrafamiliar, para detectar si el agresor/sospechoso, traspasa los lĆmites permitidos acercĆ”ndose a la vĆctima y alertĆ”ndola, porque definitivamente seguir recetando cĆ”rcel lo Ćŗnico que propicia es un desgaste social y econĆ³mico significativo, ya que se necesitan mĆ”s centros penitenciarios, mĆ”s policĆas, mĆ”s jueces, fiscales, investigadores, mĆ”s recursos econĆ³micos,ā¦ Y todo esto en un paĆs que atraviesa actualmente una severa crisis econĆ³mica.
A modo de conclusiĆ³n, abordar el problema de inseguridad ciudadana no es labor sencilla, se necesita mĆ”s integraciĆ³n de distintos sectores, incluyendo al sector privado y a las comunidades, para que tomen acciĆ³n sobre su propia seguridad de la mano de un Estado que promueva el acceso a una mejor calidad de vida, una polĆtica criminal no puede salir bien si se usa como herramienta polĆtica, para seƱalar los errores de otras dependencias/poderes o para enaltecer la imagen del polĆtico de turno.